Cómo ahorrar gas: los mejores aislamientos para tu casa
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Si deseas mejorar la eficiencia energética de tu casa para ahorrar gas y pagar menos en tus facturas de energía y, a la vez, hacerla mucho más acogedora y confortable, necesitas un sistema de aislamiento térmico.
Instalando un aislamiento térmico en tu casa puedes ahorrar tu gasto en energía (calefacción y aire acondicionado) hasta un 50%, según la OCU.
Por las fachadas y, sobre todo, por la cubierta de una vivienda se produce la mayor pérdida de calor pero, con un buen sistema de aislamiento, evitamos este problema y conseguimos ahorrar, entre otros muchos beneficios como veremos a continuación.
1. Aislamiento térmico insuflado o inyectado en cámaras
Este tipo de aislamiento consiste en inyectar poliuretano o fibra de celulosa con una manguera especial por pequeñas perforaciones realizadas en la fachada, tanto en la cara interior como en la fachada exterior de la vivienda.
La principal ventaja es que no necesita apenas obra más que esas perforaciones. Además, permite reducir también los ruidos del exterior. El inconveniente es que no se puede asegurar que se haya repartido el aislamiento de forma 100% uniforme en la cámara. Aunque, se puede comprobar con fotografías termográficas.
2. Aislamiento térmico exterior
Al Sistema de Aislamiento por el Exterior se le denomina SATE. Se instalan paneles aislantes por el exterior de la fachada, compuestos normalmente de poliestireno extruido y capas de mortero. También puede usarse poliestireno expandido, lana mineral o incluso paneles de fibra de madera. Y, después, se cubren con un acabado de piedra, mortero o del material que se quiera.
Las ventajas son que no se pierde superficie útil del interior y la obra no afecta dentro de la vivienda, por lo que se puede continuar con la vida diaria dentro de ella con normalidad.
3. Aislamiento térmico interior
Es un aislamiento que se realiza desde el interior de la vivienda. Se añaden paneles aislantes de materiales como poliespan, celulosa o corcho, entre otros, dentro de la pared y, después, se recubren con pladur, madera o ladrillo.
La ventaja es que puedes llevarla a cabo piso por piso y es más económica que el aislamiento exterior pero, en cambio, se reduce la superficie útil interior de la casa alrededor de 5 cm por pared. Requiere realizar obras también, por eso este sistema es ideal si tienes pensado hacer alguna reforma en tu casa.
También existen otras alternativas como colocar paneles aislantes en las paredes interiores que sirvan ya como acabado. Los mejores materiales para estos casos son los paneles de fibras de madera o de corcho.
4. Aislamiento térmico para techos
Por el tejado es por donde más calor se pierde en una casa. La forma de aislar el techo varía en función de cómo sea tu vivienda.
Si tienes una vivienda unifamiliar, se lleva a cabo reforzando el aislamiento de la cubierta con materiales como el poliestireno extruido o lana mineral.
Si vives en un piso, se puede incorporar el aislamiento en un falso techo.
5. Aislamiento térmico para suelos
La forma de aislar el suelo es colocando un aislante sobre el hormigón del forjado del suelo de la planta baja con materiales con capacidades de resistencia a la compresión. Este tipo de aislamiento es especialmente útil si vives en una zona con un clima muy frío.
También se puede instalar suelo radiante.
6. Otros tipos de aislamientos térmicos
Existen otros tipos de aislamientos que no requieren grandes reformas como el aislante térmico en ventanas.
Lo recomendado, tanto si has realizado otro tipo de aislamiento térmico en tu vivienda como si no, es reemplazar las ventanas por unas con doble acristalamiento. Las de PVC con cámara de aislamiento y marcos de madera son las mejores pero, si las prefieres de aluminio, procura que lleven rotura de puente térmico (RPT).
Ventajas del aislamiento térmico para tu casa
Aislar tu casa del frío tiene multitud de beneficios:
- Evita que se escape el frío o calor y lo protege de las condiciones extremas del exterior, por lo que permite el ahorro energético. Diversos estudios indican que puedes ahorrar hasta un 30% en calefacción o aire acondicionado.
- Mejora el confort en nuestro hogar dado que mantenemos una temperatura óptima en el interior que nos protege del frío y calor exterior y, además, nos aísla de los ruidos exteriores. Mejora el ambiente y la calidad de vida de los ocupantes de la casa.
- Logra la revalorización del inmueble al aumentar su calificación en el certificado energético exigido para venderla o alquilarla.
- Protege el medio ambiente reduciendo la contaminación y las emisiones de CO2, ya que, además de utilizar materiales ecológicos en el aislamiento, al aislar tu casa, haces un uso menor del aire acondicionado y de la calefacción.
- Permite sacar un mayor partido a espacios que antes apenas utilizabas como pueden ser buhardillas o sótanos.
- Hace que no se produzcan humedades en la casa, ya que los paneles aislantes la protegen.
- Protege tu casa contra incendios. Los materiales usados como la lana mineral o de roca hacen efecto barrera que nos dan una protección extra contra el fuego.
- Tiene efectos inmediatos. Los efectos y beneficios que puedes conseguir son inminentes al aislamiento.
Si tu casa es muy fría en invierno y quieres evitar que se pierda el calor, aislarla es una decisión con la que ahorrarás desde el primer momento. Pagarás menos tanto en tus facturas de gas como en las de luz, porque tendrás que usar menos la calefacción y el aire acondicionado.
Más trucos para ahorrar gas sin pasar frío
¿Quieres saber algunos sencillos trucos para ahorrar gas sin pasar frío en casa?
- Purga los radiadores cuando acabe el verano para que funcionen correctamente.
- Ajusta la calefacción a una temperatura estable de 21º C.
- Utiliza cortinas y alfombras para protegerte del frío.
- Sube las persianas y los toldos durante las horas de sol.
- Compara tarifas de gas para que encuentres la mejor oferta con la que pagues menos por tu consumo y ahorres en tus facturas.
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