¿Qué es la lectura estimada del contador de gas natural?
La lectura estimada de gas natural es aquella que realiza tu compañía cuando no ha obtenido datos sobre tu consumo de gas. O bien porque no ha podido acceder al contador o bien porque tú no se los facilitaste.
El periodo más habitual de facturación de gas es de dos meses. Pasado ese tiempo, si la distribuidora no ha recibido una lectura del consumo de gas en el punto de suministro, pasará a hacer una estimada.
El problema que presenta una lectura estimada es que no refleja tu consumo real. Cuántas más lecturas estimadas seguidas acumules, mayor será también el desfase producido entre lo que has gastado de gas y lo que tu comercializadora te factura. Esto puede suponer grandes sorpresas una vez que la lectura se actualiza.
¿Cómo estima tu distribuidora el gas que has consumido?
Para hacer la lectura estimada del contador de gas natural, las distribuidoras cuentan con algoritmos. Gracias a la información que los algoritmos han adquirido en base a tus anteriores facturas, determinan cuánto gas has podido consumir. Y, a partir de esos datos, obtienen la cantidad estimada de consumo que la comercializadora va a facturarte.
El cálculo que los algoritmos llevan a cabo no tiene por qué ajustarse a la realidad.
Sin embargo, cada vez se aproximan más a la verdadera cantidad de gas utilizada por cada cliente. Interpretando mejor cada dato que registran y que les es facilitado.
¿Con una lectura estimada del contador del gas, pagaré más o menos que con una real?
A menudo, muchos consumidores se preguntan si la lectura estimada de gas natural supone para ellos un mayor coste. O se sorprenden porque, una vez que les llega la lectura real después de varios meses recibiendo estimadas, tienen que pagar una cantidad mucho más alta de la que esperaban.
Cuando esto sucede, es porque la compañía comercializadora te envió una factura que recogía una lectura por debajo del verdadero consumo. Habiendo cobrado menos de lo que correspondía y compensándolo después.
También puede suceder la situación contraria, en la que la estimación es mayor a la cantidad de gas consumida. En ese caso, el dinero que se cobró de más pasa a restarse una vez que se registra la lectura real.
Por tanto, no pagarás más (ni tampoco menos) cuando se producen lecturas estimadas. Lo que sí sucederá es que no llevarás un control periódico de tu verdadero consumo.
Y podrás encontrarte, una vez la compañía comercializadora cuenta con una lectura real, con que pagarás una cantidad muy distinta a la que esperabas.