Sensores de movimiento de luz para ahorrar en la factura de la luz
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El sensor de movimiento de luz es un dispositivo que enciende y apaga automáticamente la luz cuando detecta algún movimiento.
Permanecerá encendido el tiempo que lo tengas programado y después de ese tiempo, si no detecta presencia, se apagan las luminarias solas.
El consumo de energía de estos sensores es muy reducido.
También existen los detectores de presencia, son similares pero más sensibles, ya que pueden detectar el movimiento de un único dedo sin necesidad de moverse el cuerpo completo. Esta tipología está más indicada para espacios donde haya presencia continua en diferentes áreas.
Para funcionar disponen de diferentes tecnologías:
- Infrarrojos: el dispositivo detecta un cambio de temperatura por la presencia de alguna persona o animal.
- Radiofrecuencia: el dispositivo emite ondas ultrasónicas y, por este motivo, es más sensible al movimiento que la anterior.
Los sensores de movimiento son ideales para zonas de paso, tales como baños, pasillos largos, escaleras, entradas, interiores de armario, ascensores o garajes, pero son especialmente útiles también en comunidades de vecinos y empresas, donde la afluencia de gente es mucho mayor. Incluso, para zonas exteriores, puedes encontrar luces solares con sensores de movimiento.
¿Eres de los que se le olvida apagar la luz cuando sale de una habitación? Por una vez que se te olvide no pasa nada, pero si contamos el gasto acumulado que puede suponernos durante todo el año, es un gasto innecesario a tener en cuenta y que se puede evitar con sensores de movimiento. Y, lo mejor de todo, es que ahorrarás en la factura de la luz ganando en comodidad.
Ventajas de instalar sensores de movimiento de luz
Las principales ventajas de instalar un sensor de movimiento de luz son:
- Comodidad: para el día a día es mucho más cómodo, al olvidarte de tener que encender y apagar las luces, sobre todo a oscuras. Además, evitarás dejarte alguna luz encendida cuando no estás en casa y te será más fácil entrar o acceder al alguna habitación si vas con las manos cargadas.
- Ahorro: supone un ahorro de energía consumida y también un ahorro económico. La luz se enciende solo cuando es necesario y no pagas por un consumo eléctrico cuando no la estás utilizando pero esta sigue en marcha.
- Eficiencia y sostenibilidad: al ahorrar energía, reduces la contaminación y proteges el medio ambiente, reduciendo las emisiones de CO2.
- Seguridad: nos ofrece seguridad en zonas oscuras, al impedir que nos choquemos o tropecemos con algo. También sirve como elemento disuasorio de intrusos.
La instalación de un sensor de movimiento de luz es sencilla y puedas realizarla tú mismo.
Normalmente pueden colocarse en la pared o en el techo y deben instalarse a una altura mínima de 2,5 metros. No obstante, lo más conveniente es seguir las recomendaciones del fabricante, para instalarlos en el lugar más adecuado, evitando zonas con obstáculos que dificulten la detección de movimientos y poder sacarle el máximo partido al sensor.
Lo que sí te recomendamos es que a la hora de comprarlos, tengas en cuenta la calidad y el tipo de sensor, para que no os acabe generando malestar, ya que algunos sensores se apagan si no detectan grandes movimientos como puede ocurrir estando en el baño y para evitar que puedan reducir la vida útil de las lámparas que utilices.
