¿Qué es la dependencia energética y cómo reducirla?
¿Qué es la dependencia energética?
La dependencia energética es la cantidad de energía primaria que necesita una nación importar de otros países para abastecerse.
Los recursos energéticos primarios son aquellos obtenidos directamente de la naturaleza como del viento, sol, carbón, biomasa, petróleo, gas, etc.
La gran mayoría de fuentes de energía que usamos proviene de combustibles fósiles, es decir, del petróleo, gas natural y carbón. El problema de utilizarlos, es que su combustión emite gran cantidad de gases que aumentan el efecto invernadero y perjudican al medio ambiente, representando un gran problema de sostenibilidad.
España es uno de los países con mayor dependencia energética del exterior. Dependemos de otros países para nuestro abastecimiento en más del 75% de los recursos, mientras que la media de la Unión Europea está en 60%.
Consecuencias de la dependencia energética
Depender energéticamente de otros países tiene tres grandes consecuencias:
- Alto coste: al importar los recursos, nos sometemos a un déficit importante en nuestra balanza comercial.
- Inestabilidad del suministro: cualquier acontecimiento nos puede afectar al suministro, ya que dependemos del exterior.
- Fluctuaciones de precios: sufrimos constantes fluctuaciones en los precios porque no podemos controlar el precio de los recursos primarios.
Cómo reducir la dependencia energética
La independencia energética, tanto de naciones como de personas, trata de reducir la dependencia hacia los combustibles fósiles para generar la energía que consumimos de una forma más sostenible.
Para evitar la dependencia energética, es necesario impulsar el uso de energía renovables como, por ejemplo, la solar, hidráulica y eólica. Para prescindir de fuentes de energía tradicionales asociadas al carbono y otros combustibles fósiles.
En primer lugar, porque son recursos ilimitados. Además, mejoran la calidad del aire y, por tanto, la salud y calidad de vida.
Y, a través de las renovables, conseguiremos un mercado energético menos volátil y con mayor estabilidad en los precios.
¿Qué podemos hacer de nuestro lado para reducir el consumo de combustibles fósiles? Algunas buenas prácticas que puedes empezar a llevar a cabo para contribuir a este cambio son:
- Usar el transporte público o la bicicleta en lugar del coche, compartir coche con otras personas, cambiarte al coche eléctrico,….
- Reutilizar y reciclar los envases y evitar los de plástico.
- Comprar comida, ropa y otros enseres que sean orgánicos, para evitar que lleven materiales derivados del petróleo.
- Cambiar a energía 100% verde y renovable.
¡Es nuestra responsabilidad!